16 mayo, 2014

El diálogo con las deidades del tejido




    Según doña Plácida Espinosa del ayllu Mallkunaka de Corque el “telar debe comenzarse a preparar en la madrugada, antes de la salida del sol” (jani inti jalsujipana, aramata tilarpañax). Cuando el sol está en el horizonte se clavan las estacas (Yasta inti uka urasas ch'aqunuqtaña) y enseguida se extienden las urdimbres (yasta ukata yasta ch'ankanakax ananuqtaña) pero antes de empezar se realiza la masticación ceremonial de la coca (Ma inalas ak'ullt'aña). Luego siguen las libaciones (ch'allas) con aguardiente, en las que mediante poesías se recuerdan todos los sitios ceremoniales de donde sale la energía (Ch'alljataña taqi samirinakaru aytasisa). 


Primero “se conmemora y se brinda a la sawu sawu tawaqu, un espíritu femenino que anima a las tejedoras, y luego a los distintos guardianes tejedores femeninos y masculinos” (sawu mallku = mallku tejedor, sawu t’alla = t’alla tejedora, sawu wayna = joven tejedor). Estas deidades “hacen avanzar rápido” (apur jittayañataki) el tejido. También se ch'alla repetidas veces a la araña evocada por su facilidad de tejer para que  además alcancen los hilos en el telar y no se acaben (ch'ank'a alkansañpataki) y se brinda en honor al sol (inti tata awatiri) y “a la luna (phaxsi mama), para pedir que al realizar esta actividad el sol y la luna acompañen con su luz (phaxsi qhananti inti qhananti ukanti sawtanjall) y al viento que no sople (wayra wintura jan wayrañpataki).


Se cree que cuando en los sueños de la tejedora aparece la imagen del sol influye de manera positiva en la elaboración del textil. Las tejedoras de Llanquera recuerdan una montaña (llallaw mama) situada entre los cerros Qhasqha y La Joya de la provincia Cercado, cuya punta se asemeja a una mano femenina que agarra el hueso de la llama que sirve para tejer (wich'uña). En los últimos tiempos las tejedoras han incluido en sus repertorios conmemorativos también a mama kasimira, que al parecer tendría que ver con el santo católico Casimiro y que no se aleja de la tela de casimir inglés, un elemento foráneo.


Las mujeres solteras tienen la costumbre de empezar a elaborar los textiles antes de la temporada de lluvias. Ellas tejen los aguayos para las fiestas de carnavales donde lucen los trajes y su habilidad de diestras tejedoras. En Corque las tejedoras tenían sus propios repertorios de canciones, que las mujeres solteras entonaban en carnaval. En las letras de las canciones se hablaba de la competencia de tejer y de tener más textiles. Según doña Plácida Espinoza, la elaboración del textil es una actividad exclusiva de la tejedora y nadie debe interrumpir; el textil es celoso, por lo tanto no permite que nadie lo toque. Si alguien teje en la ausencia de la tejedora, se dice que el textil no se acaba fácilmente. Las informantes de Arnold señalan que las oraciones dependen del día de la semana en que se teje (1994: 90).


Fuente: El mundo animado de los textiles originarios de Carangas. Ulpian Ricardo López García.

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